jueves, diciembre 01, 2011

De cómo ir de pie en el camión cambió mi perspectiva


Voy en este momento sobre el camión y creo que mejor contexto para hoy no puede haber.

Yendo a mis clases de la Universidad, por cuestiones que desconozco, el autobús que tome iba lleno. Me toco de pie y yo traía mi mochila.

La verdad, estaba muy incomodo. En eso, sube una señora de la tercera edad, mas tirando a la cuarta. Iba con una nieta de unos 2 años y una bolsa grande con compras. Como sucede ya en estos tiempos modernos, nadie le cedió el lugar.

Yo me indigne, pero pareciera que ella no. Se le veía muy contenta con su nieta (o incluso tal vez bisnieta). Jugueteaba con ella mientras con la mano con que cargaba la bolsa se detenía de una asidera. Y a pesar de los zigzagueos y brincoteos del camión, nunca se tambaleo. Parecía que disfrutaba le movimiento como un surfista sobre su tabla.

Probablemente si le hubieran cedido un asiento, ella lo habría tomado, pero en su mente, eso era solo ganancia.

Yo traía el pensamiento en que cuando me compre pronto, si se puede, un auto, me olvidaría de esas incomodidades. Esta señora probablemente nunca tenga uno y parece no importarle eso: toda su vida, se nota, ha sido de transporte publico y no se complica mas allá.

Ojalá todo el mundo pudiera vivir cómodamente, pero como esa mujer: sin quejarse si no se puede.

Recuerdo una ocasión que conversé con un torero. Me comentaba que disfrutaba mucho cuando lo toros salían buenos para la faena; pero los toros que hacían grande a un torero eran aquellos que salían malos, y a los que había que sacarles lo mejor que trajeran y cortar oreja.

Así es la vida. El toro llega, pero hacerle la faena, es tarea de uno mismo, en carro o en camión.

Imagen: "Cuadrilla de toreros enanos" - Fernando Botero (1932 - presente)

1 comentario:

  1. 'Esta señora probablemente nunca tenga uno y parece no importarle eso: toda su vida, se nota, ha sido de transporte publico y no se complica mas allá'. Awesome...

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