lunes, diciembre 05, 2011

De cómo el arte eleva el espíritu.


Reflexiones sobre la cultura. ¿Qué sucede en México que no accedemos a ella? Ayer, Andrés y yo tuvimos una profunda conversación en torno a la falta de vida cultural en la ciudad, más en concreto con relación al arte. ¿Cómo promoverlo?
"Parte del problema es que los pocos que producen arte, lo hacen tan rebuscado que resulta ininteligible para quien apenas ha tenido en contacto con la cultura artística", fue una de las conclusiones. Es verdad. Y esto refuerza un círculo vicioso: los que no entienden el arte se alejan más de él.

Recuerdo una conversación, no hace mucho, con un buen amigo, "¿Para qué leer literatura clásica (culta), sino me va a dejar algo pudiendo ocupar mi tiempo en algo más productivo". Esta pregunta refleja el pensamiento de la mayoría: pragmatismo. Si "me sirve" y los efectos son palpables al mismo tiempo, adelante, sino, mejor lo evito.

Sin embargo, el arte desarrolla parte de lo más sublime del hombre: es una ventana a lo espiritual. No es casualidad que el arte sacro se manifestara como expresión de las cosas de Dios.

Pero éste último también era accesible al entendimiento común de la gente, tenía sentido, era en sí mismo una catequesis. No se puede fomentar la cultura si no se comienza con lo común al hombre, para de ahí poder subir poco a poco; de otra manera, equivaldría a subir por una pared y no por las escaleras.

Es una gran responsabilidad de los que hemos tenido la fortuna de tener más contacto con la cultura artística poder fomentarla entre los más cercanos y de un modo creativo y accesible desde el inicio.

El arte eleva el espíritu, dimensiona la realidad que nos circunda, nos comunica entre los hombres y nos empuja a alcanzar nuestras metas personales. Ojalá pueda poner un grano de arena en esta labor.

Imagen: "Mona Lisa" - Leonardo da Vinci (1452 - 1519)



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