viernes, diciembre 02, 2011

De cómo hay que celebrar cada acontecimiento importante


Hoy es un día especial en la familia. Mi mamá cumple años. Recuerdo muy bien la alegría que le dio enterarse que la patrona de mi parroquia es su tocaya: Santa Engracia. Hace dos meses tuvo la oportunidad, con mi papá, de conocer a su santa.

No mucho tiempo atrás, se preguntaba un amigo: ¿por qué le damos tanta importancia a los cumpleaños? En ese momento se me vinieron a la mente varias frases negativas de algunas personas: "Es un día menos de vida", "es un año de ser más viejo", "es que se está más cerca de la muerte".

Pero la mayoría celebra. Es el homenajeado el centro del día. No es cualquier cosa. Cada persona vale, y celebrarla es reconocerle que importa. Más aún, que al celebrado le importe es darse importancia, no soberbiamente, sino como persona, por su dignidad. Es dar gracias por la vida. Los psicólogos y pedagogos incluso fomentan la celebración del cumpleaños.

Podemos ir más a fondo: ¿por qué sólo celebrar los cumpleaños? Conversando con Oscar Ramírez, me comentó que un profesor suyo le recomendaba que celebrara todos los éxitos pequeños o grandes de la vida. Obviamente no se trata de hacer piñata cada ocasión, pero sí de hacer algo distinto para resaltar la importancia de tal o cual acontecimiento.

Por lo pronto, el cumpleaños de mi mamá, lo celebro con una cerveza obscura mientras escribo. ¡Felicidades!

Imagen: "Baile en la Moulin de la Galette" - Pierre Auguste Renoir (1841 - 1919)

1 comentario:

  1. ¡Me la felicitas! Ps. Me gusta el detalle de las imágenes. Yo tengo un calendario en francés donde cada día te cuentan algo sobre una obra diferente.

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