martes, enero 31, 2012

De cómo el fin de mes trae reflexiones.

Termina enero. Un mes que ha traído mucho a mi familia. También hoy, es cumpleaños de Paola, mi hermana. Y por si no fuera suficiente, se acaba el tetramestre en la U.V.M. y hoy aplico examen final de Cálculo Diferencial e Integral.

Comencé a correr al menos cada tercer día y reunirme los viernes en la noche con un grupo de amigos.

Casi un año sin ir a la ciudad de México y con mucho proyectos en puerta.

¡Cómo se va el tiempo! Pareciera que cada minuto se vuelve segundo. Que la vida se acorta y los acontecimientos se multiplican. Cada nuevo mes es una oportunidad de hacer lago distinto que haga la pena que cada uno de sus 28, 30 o 31 días valga la pena. Y este año febrero tiene 29, sólo una vez cada cuatro años.

Vienen dos semanas que servirán de receso académico para preparar el nuevo curso y consolidar los clientes que ya tiene la empresa o que están por venir.

Sin embargo, todas las alegrías y recompensas tienen también una responsabilidad anexa. Debemos hacerlas crecer. La mejor manera de disfrutar la prosperidad es luchando por compartirla con los más cercanos y no dejar que decaiga.

Si los tiempos en el futuro no son tan buenos, que no sea por falta de esfuerzo en haber tratado de sostener lo que ya se había logrado o ganado.

No se pueden prever todas las circunstancias que en un momento dado de la vida podrían suceder, pero al menos reducir su impacto negativo sí que es posible.

Ojalá este nuevo mes sea una nueva oportunidad para recomenzar en aquello que quedó pendiente de iniciar en enero.

Imagen: El León de San Marcos - Vittore Carpaccio (1460 - 1525/26)

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