lunes, enero 02, 2012

De cómo desde hoy ya soy tío

Hace unos tres meses, cuando adquirí mi boleto para pasar las fiestas de Navidad con mi familia en el Caribe, compré mi regreso para el 1° de enero por dos razones: la primera, el precio de los boletos para el día 2 se elevaba hasta el doble (día de regreso masivo); la segunda, la posibilidad de recomenzar a trabajar el lunes 2.

Por otro lado, no me preocupaba, pues pensaba que mi sobrina nacería entre Navidad y Año Nuevo. Hasta habíamos planeado todo por si se daba el mismo 31 de diciembre. Acercándose la fecha y sin poder ya cambiar mi boleto de regreso por falta de disponibilidad, veíamos que María Julia (que es su nombre) no llegaba a este mundo.

La fecha probable era el mismo 2 de enero. Sin poder hacer mucho y aún con la incertidumbre de si sería efectivamente en el día señalado, me regresé.

Anoche llegué a Monterrey a las 12:30 de este día. Justo estaba haciendo las compras para la semana cuando recibí la llamada que estaba esperando: mi sobrina ya había nacido. Eran las 4:30 de la tarde, sólo 16 horas más tarde.

El júbilo en la familia es indescriptible: es la primera nieta de mis papás (y por ende la primera hija de mi hermana). Además, nace en uno de los lugares menos pensado, imagino, hace varios años: en Cancún.

No cabemos de felicidad y no me resta más que felicitar a Alex y a Paola por esta gran alegría que nos han traído.

Un bebé es la esperanza en la vida misma; y se puede admirar la pureza que en esencia tiene el ser humano en su inicio. Y qué agradable que sea justo en el tiempo de Navidad: mejor contexto, imposible. Pronto será el bautizo para que esa pureza actual sea más plena.

Espero estar pronto de nuevo en el Caribe para conocer a María Julia.


Imagen: "La Virgen con el Niño" - Andrea Mantegna (1431 - 1506)


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